Las casas, construidas sobre la Sierra de Segària, respetan su orografía y características; y se adaptan al entorno en el que se enmarca.
La piedra y la madera son indiscutibles protagonistas en las casas, dotadas con tejados inclinados, que nos trasladan a las auténticas casas de montaña y zonas frías.
Los grandes ventanales y claraboyas permiten una mayor entrada de luz natural y el disfrute de su paisaje privilegiado.
Todas ellas disponen de terraza desde donde poder conectar con la naturaleza de la manera más directa disfrutando de su enclave y flora donde encontramos especies típicas del clima mediterráneo, como la coscoja, aliaga, romero, tomillo y el protegido palmito, entre otras muchas especies.